Keyla Cabral, Sofía Church y Alba Izaguirre, estudiantes del Grado en Diseño de Moda, de UDIT, Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología, han sido seleccionadas como finalistas en la cuarta edición de los Greenwalk Awards, certamen de moda sostenible para nuevos talentos.
Keyla Cabral ha sido reconocida gracias a su proyecto ‘Mistura’, en el que refleja cómo la música africana ha sido una influencia fundamental en la música global, celebrando sus ritmos, cantos y estructuras.
Este colorido look parte de una visión sostenible basada en la artesanía, la emoción y la resignificación de materiales. Y ha sido confeccionado íntegramente con un tejido de rejilla intervenido con más de 20.000 bridas colocadas a mano una a una y teñidas también manualmente, recreando el estampado de un cuadro pintado por el padre de la joven diseñadora.
Por su parte, Sofía Church ha sido seleccionada con la propuesta ‘Oblivions’, una exploración de lo que desaparece y de lo que no se dice. Este proyecto surge como una reflexión íntima sobre la pérdida, la ausencia y las huellas que deja lo que ya no está.
Inspirada en el avant-grade, la pieza conjuga contraste y contradicción: estructuras rígidas, como el corsé, elemento principal de la misma, conviven con transparencias etéreas. Con la sostenibilidad como pilar estructural, el corsé está completamente realizado en PLA biodegradable mediante un bolígrafo 3D e incorpora un biomaterial específicamente diseñado para el proyecto; mientras que la parte inferior está compuesta por tejidos de prendas de segunda mano.
Finalmente, Alba Izaguirre se ha clasificado como finalista gracias a su proyecto ‘Swans: An Atmospheric Error’, que imagina la creación de una figura híbrida entre humano y ave. La diseñadora se ha inspirado en una observación que ella misma califica de irónica: cómo, al apropiarse de la imagen de los pájaros, los humanos generan estéticas kitsch que resultan tan artificiales como atractivas.
Así, sin recurrir a materiales de origen animal, ha planteado una silueta voluminosa y blanda, que flota entre lo orgánico y lo artificial, con un enfoque sostenible. De hecho, para su confección, Alba Izaguirre ha priorizado el aprovechamiento de recursos ya existentes, como una toalla transformada mediante un proceso de upcycling, que se ha utilizado para la creación de la pieza frontal.


